Hay algo que me sucede últimamente y que me preocupa sobremanera, y es que cada vez que salgo del cine de ver una de esas películas que espero durante meses, me siento profundamente decepcionado. Sobre todo en lo que se refiere a sus ilustres directores (Ridley Scott, Woody Allen, Oliver Stone,…) los únicos que se han salvado con nota alta son Cronenberg con A Dangerous Method y algo mas raspado Christopher Nolan, con la última parte de su trilogía de Batman. Lo que más me preocupa en este asunto no es que las últimas películas de estos realizadores tengan mejor o peor factura, sino que yo estoy desarrollando unas tendencias críticas tan estrictas que me incapacitan de disfrutar la película una vez me he sentido decepcionado durante la exhibición. Esto implica la pérdida de la que para mí era la esencia de mi gran virtud como cinéfilo, la capacidad de disfrutar con casi cualquier cosa independientemente de ser consciente de su calidad. Poder poner las cosas en su sitio para así di